Blogia
marioojeda

Mitos y fantasías del oficio de músico

Mitos y fantasías del oficio de músico

Yo sé que a muchos puede llegar a molestarle la siguiente lista que voy a hacer, a propósito de los tópicos y fantasías que envuelven a la música… mejor dicho, y esto debe quedar claro, al oficio de músico, pero me permitiré ordenarlas en una supuesta lista, no sin antes insistir, por enésima vez, que una cosa es la música y otra muy distinta, el oficio de ser músico, sobre todo si, tozudamente, uno insiste en pretender vivir exclusivamente de ello.

Asi que hay va, sin un orden establecido.

1) Tocando en la calle, tenes más posibilidades de que te descubra un productor: FALSO. Eso  pasó una vez, a fines de los 60, cuando –cuenta la leyenda-, Peter Asher se le acercó a un hippie llamado James Taylor que tocaba en el subway, y le ofreció firmar un contrato de grabación –para el sello APPLE, de Los Beatles, nada menos-, lo que significó el comienzo de su carrera. Creo que, estadísticamente hablando, uno puede pasarse 50 años sentado en la calle, tocando en el mismo lugar, y no se le va a aparecer ningún productor, famoso o no, dispuesto a contratarlo. De hecho, se han hecho ya varios experimentos con músicos muy conocidos, que los ponen a tocar en la calle ¡Y NADIE LES DA BOLA! Sean músicos conocidos de rock (con una gorra cubriéndoles la cabeza), o concertistas reputadísimos de violín, que juntan monedas después de pasarse horas tocando en pleno centro de Londres (Victoria Station, sin ir mas lejos). O sea que:

La gente consume y valora lo que conoce, lo que oye en la radio o ve en la televisión. Por eso hay tantos concursantes televisivos conocidos a nivel masivo, y músicos excelentes, que no se comen ni una rosca. Funciona así, lo siento.

2) Los grandes discos de rock siempre se grabaron de noche. FALSO. Grandes discos se grabaron de noche, grandes discos de grabaron a media tarde, y grandes discos se grabaron de mañana. Pero lo cierto es, mal que les pese a muchos, que de mañana uno tiene los sentidos más frescos para hacer una mezcla, buscar un mejor sonido, una buena ecualización, etc. Obviamente, las voces es mejor grabarlas a cierta hora en que uno lleve un tiempo despierto, no te vas a poner a grabar tu voz apenas levantado. Pero una cosa no implica la otra. Que alguna vez, algún solo memorable se haya grabado de madrugada, no implica ni mucho menos que todos los buenos discos vayan a  grabarse de noche. De hecho, lo planteo al revés: de noche o de día, si sos una maceta, seguirás siendo una maceta, no hay vuelta de hoja. Lo mismo ocurre con…

3) Los porros me abren la cabeza y me dan más concentración. FALSO. Con ese criterio, cualquiera que fume más de un porro por día, debería ser un genio. Y no macho, no es así. Sos un genio porque sos un genio, aunque primero deberíamos buscar en el diccionario la palabra “genio”, que dice –entre otras acepciones como “mal carácter, temperamental, o deidaes que salen de una lámpara”, por ejemplo, que “genio es una persona con capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables”. Es decir: a) en ningún lado dice que lo que uno invente va a servir para algo, sea una tesis evolutia, una canción, un poema o un teorema matemático, y b) Nada dice tampoco de fumarse uno, dos o veinticinco porros para ser creativo. Uno es creativo poque lo es, es como esa leyenda urbana –que él mismo se montó- de que Sabina escribe buenas canciones porque “fuma cigarrilos negros, sale de noche y comparte muchas horas con putas, que le cuentan sus historias”.

Aunque hubiera sido verdad, que me juego un huevo de que no, ni antes ni ahora, hay que dejarlo claro. Sabina escribe bien porque escribe bien, porque se leyó todo y le robó a unos cuántos, hasta encontrar su voz, no sólo para cantar, sino para escribir también. Y punto. Por más que un salga de noche, se acueste todos los días con una tía distinta, y vuelva a su casa a las 8 de la mañana siempre, no va a escribir mejor. A lo sumo, conseguirá que lo echen de su trabajo por ir todos los días dormido. Punto.

Claro, estar fumado –y rodeado de amigos fumados que te aplauden tus chistes o tus canciones, da lo mismo-, no implica que lo estés haciendo bien. No, macho: solamente estás fumado, por eso “te parece” que lo estás haciendo bien. Es como emborracharse, y estar rodeado de borrachos: cualquier boludez que digas, mal o bien, te la van a  aplaudir o a discutir, como si dijeras algo importante. Pero no. Sólo estás borracho, rodeado de borrachos y diciendo boludeces, nada más. Con la música pasa lo mismo, ¿ven?

4) La música, mejor dicho, el arte, es tan importante como la comida. FALSO. Lo siento, esto me ha costado, varias veces, grandes discusiones a lo largo de los años. Pero sigo pensando lo mismo. ¿Qué es más importante? ¿Un plato de fideos calientes o una canción? Los fideos, macho, aunque la canción sea de Mc Cartney. Ya sé, es una discución mas profunda, pero quería arrancar el planteo desde algún lado.Y sigo pensando igual. La canción es una mierda al lado de un par de zapatos o medias en invierno. Lo siento: cuando una sociedad tenga asegurada su subsistencia y demás entremeses del cotidiano vivir, podemos discutir lo otro. Mientras tanto, un guiso de arroz, con papas y carne, sigue siendo más importante que un poema o una canción. O que ciertos poetas o que ciertos cantores. No importe que se llamen Serrat, Machado, Neruda, Lennon, Springteen, o Montoto Pérez. El hambriento necesita comida primero, despues la cultura. O al revés: el desocupado, necesita trabajo. Resuelto el trabajo, con el cual el individuo puede solucionar sus problemas de comida, de abrigo o lo que fuera, podemos hablar de cultura. Antes no.

5) La alternativa de producir tus discos o libros en forma independiente es lo mas seguro o rentable. FALSO. Primero porque, si querés hacerlo bien, una producción independiente implicaría la distribución, promoción y luego la venta del producto que hagas. Si no, solamente tendrás tus libros o discos guardados debajo de la cama, o en un armario, esperando llegara venderlos algún día, para al menos recuperar la inversión. Además, como me decía una vez un amigo. “Yo ya me rompí la cabeza escribiendo mi novela… ¿y ahora qué? ¿Se supone que yo debo también gastar mi dinero o mis ahorros editando un libro? No. Que venga un editor, que ése es su trabajo. Yo ya hice el mío. Escribí el libro, bueno, ahora, que lo edite él. O que se quede ahí, esperando a que me muera para que alguien lo edite, como ha pasado tantas veces en la historia, pero a mi que no me rompan las bolas…” Coincido plenamente con él, aún cuando entiendo las motivaciones de los músicos o escritores que se pagan la edición de un producto de su bolsillo. Yo mismo lo hice. Pero no es conducente, eso es lo que quiero decir. Digámoslo de otro modo: uno tiene que hacerlo, si cree en ello o porque “necesita” hacerlo. Pero no esperar a obtener reconocimiento con eso, porque lo más probable es que no pase nada.

6) El cachet de un artista lo determina el mercado o la demanda. FALSO: nunca hubo demanda para un hecho artístico. No a niveles masivos, en cualquier caso. Es decir, si hay alguien que le gusta leer, por ejemplo, es entendible que ese alguien “necesite” comprarse el último libro de Montoto. Pero nada mas, es una necesidad individual. Lo cierto es, no hay demanda para músicos. Y no hay demanda, porque hay mucha oferta: ¡todo el mundo quiere ser artista hoy! ¡O futbolista!, pero estamos hablando de arte. Entonces, no es que los cachets los fije el mercado: los fijan los mismos músicos, yendo a cualquier lado a tocar por nada o muy poco, y pretendiendo que eso que cobra sea su cachet. Peor aún, pretendiendo vivir con eso o de eso. La verdad es que,  parte integral del oficio de músico, es también, cómo no, saber cuándo tocar o no. Cuándo es mejor retirarse y esperar a que los tiempos mejoren. O negarse a tocar por menos de equis dinero. Es uno mismo quien fija su cachet, en suma. ¿Qué la opción es tocar nunca o casi nunca? Bueno, inventate otra cosa, man. Pero no podes aspirar a vivir de la música tocando una o dos veces por mes en un bar por cincuenta euros. Ni acá, ni en Nueva York, ni en Argentina ni en la China. Así no es. En todo caso, me atreveria a decir que, en realidad, la historia pasa por “no dejar tu trabajo a tiempo completo” –como dijo lguna vez Robert Fripp, hata que no tengas la seguridad de poder vivir de la música”. O aplicar, en cualquier caso –y conozco varios que la aplicaron al dedillo-, la receta de Javier Krahe: “El mejor consejo que le puedo dar a un aspirante a músico, es que se busque una mujer  a sueldo fijo, para la época de las vacas flacas…”

Y hay más mitos dentro del ambiente musical, pero sigo otro día. Ahora me voy a tocar la guitarra.

© Mario Ojeda, Granada, 12/11/2010

0 comentarios