Blogia
marioojeda

Todos necesitamos un productor

Todos necesitamos un productor

Y es así. Por algo artistas célebres como John Lennon, por ejemplo, siempre tuvieron detrás un reputado técnico en la consola de grabación, y generalmente también, otra “oreja”, alguien que, representado en la figura de un productor artístico o musical, pudiese aportar otra visión a las canciones que el artista iba registrando.

Lennon, por ejemplo, que no era ningún tonto (y que por otra parte, por supuesto que podía elegir grabarse y producirse él mismo), siempre contó con un Phil Spector, un Glyn Johns, un George Martin o cualquier otro talento productivo detrás.

Sino (recordar acá la nota sobre los egos), todo termina convirtiéndose en un ejercicio puñetero de ego desmedido: mirá que bien que canto, mirá qué bien toco, etc, etc.

Por otro lado, el productor es también aquel que pone en práctica el viejo axioma de que “la música es el arte de combinar los horarios”. Esto es, ordenarse para trabajar.

Infinidad de veces he sido testigo de grupos o artistas que entraban a un estudio de grabación, por ejemplo, sin tener la menor idea de qué iban a grabar. Qué canciones, que instrumentos usarían, que orden le darían a los temas, en qué tonalidad la registrarían, quién grabaría él o los solos de cada canción –si los tuviese-, quién haría los coros, etc, etc. Ni hablar de ponerse de acuerdo o de llegar a horario. Siempre es normal que el guitarrista y el teclista, por ejemplo, lleguen al estudio antes que el bajista y el batería. ¿Y no deberías ser al revés? ¿No es lógico levantar los cimientos de una casa antes que el techo o las paredes? ¿No deberían entrar al estudio con las canciones ensayadasy las partes de cada uno aprendidas? ¿Quién decide cuál toma es la mejor? ¿Tiene sentido grabar 18 veces un solo de guitarra, por ejemplo, para luego ponerse a discutir cuál toma queda? ¿Quién decide esto? No debería ser el productor?

Esto, que parece una estupidez, es como querer hacer un pastel de cumpleaños sin saber los ingredientes, ni el tiempo de cocción, ni si el cumpleañero es varón o mujer. ¿Se imaginan una torta cruda, sin gusto, pegoteada, bañada de color celeste, dedicada a una niña que cumple años? ¿No suena fuera de lugar? Lo mismo ocurre con las canciones.

Definir el concepto antes  de grabar un disco, de preparar un concierto o una actuación radial o televisiva, es tanto o mas importante que la interpretación en sí. Esto es tarea de un productor, y no siempre se tiene en cuenta. Y no todos los artistas son capaces de oficiar ellos mismos el rol de productores, guarda.

En la historia de la música, han sido contadísimos los casos de tipos capaces de producirse a sí mismos. Pienso en John Fogerty con los Creedence, en Jimmy Page con Led Zeppelin, Paul Mc Cartney en algunos (escasos) discos, no muchos más. Y no es casual que ésto ocurra así. Aunque muy pocos lo tengan en cuenta.

Hasta la próxima vez.

 

Mario Ojeda

cenicientadiscos@hotmail.com

0 comentarios