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marioojeda

John Fogerty en el festival de la Guitarra de Córdoba -julio 2009-

 

A veces, ya se sabe, los sueños se cumplen (al menos parcialmente: ¡ahora quiero ir a California!). Pero, para empezar, estuvo más que bien. Que digo bien: ¡sencillamente impresionante! Llevo escuchando a Fogerty desde hace más de 35 años, lo cual se dice fácil. Y la música que hizo, su impresionante catálogo, fue escrito ¡en tan sólo cinco años! Lo cual también es fácil de decir. Pero como en todas las cosas, el tiempo termina poniendo todo en su justo lugar. Así, allá por 1975, a tres años de la separación de los Creedence Clearwater Revival, Fogerty nos dejó dos discos solistas, y a casa. No grabó mas hasta 1984, en que regresó para ganar un “Grammy” con su disco “Centerfield”. Entonces, un desquiciado Saúl Santz, si, el propietario del sello “Fantasy”, donde grabaron los Creedence, le hizo un juicio por plagio –que, obviamente, ganó Fogerty un par de años después- por la similitud entre el clásico “Run to the jungle”, del álbum “Cosmo´s Factory”, y “The old man down the road”, precisamente del premiado álbum “Centerfield”.

Nuevamente a cuarteles de invierno, a su rancho en El Sereno, California, desde donde regresó en 1997 para ganar otro “Grammy” con “Blue Moon Swamp”. Y “Premonition” el mismo año, que básicamente era un disco en vivo, re grabando algunos de los viejos clásicos, y la sola inclusión del tema que daba título al CD. En el 2003, cuando la segunda guerra de Irak, grabó “Deja Vu: all over again”, una feroz diatriba contra Bush y compañía, además de girar, junto a Bruce Springteen y otros, por todo USA, en la gira “Vote for change”.Un par de años atrás, Fogerty, aprovechando la venta del sello por su antiguo propietario, volvió a “Fantasy Records” con un nuevo disco: “The long road home” –el largo camino de regreso a casa-, multipremiado otra vez, y recientemente el disco “Revival”, que lo ha devuelto a las giras por todo el mundo. Incluso, en la gira del año pasado volvió al Royal Albert Hall, en Londres, donde había tocado con los Creedence ¡37 años atrás!

Aprovechando su primera visita a España, allá fuimos, hasta la Córdoba de la mezquita y otros monumentos históricos, a 170 kilómetros de Granada, donde ofreció un concierto sencillamente espectacular. Y no lo digo yo, que se me cae la baba, pero a los casi 65 años, y a juzgar por las críticas de prensa, hay Fogerty para unos cuántos años mas.

Con el magnífico Kenny Aronoff en batería, y algunos músicos mas, un sonido impecable, fuerte, poderoso, prístino, y una larga colección de guitarras, que iba intercalando entre tema y tema, nos dejó dos horas largas de concierto, sin dejar de saltar, cantar y gritar. “¿Mantendrá el set list de su gira americana?”, era la pregunta que tenía. Y más o menos sí. Arrancó muy arriba, “Up around the bend” al palo, y terminó haciendo dos largos bises: el clásico “Proud Mary”, y el “Good Golly, Mis Molly”, de Little Richard, con el cual cerró su show.

En el medio, todo: “Who´ll stop the rain”, “Cotton Fields”, “Ramble Tamble”, “Midnight Special”, “¿Have you ever seen the rain?”, “Lodi”, “Looking out my back door”, “Blue mountain rider”, “Bad moon rising”, “Born on the Bayou”, uf, ¿qué les puedo decir?, a un tipo con semejante catálogo, como Mc Cartney y otros pocos, no debe resultarle sencillo seleccionar dos horas de concierto.

Pero el quía lo hizo –aunque por lo que leí, fue variando algunos temas en sus conciertos de Madrid y Barcelona, todos con entradas agotadas-.

El teatro de la Axarquía, en Córdoba, una especie de anfiteatro al aire libre –similar al de nuestro parque 2 de febrero, aunque el doble de grande y evidentemente, muy bien conservado, sin contar con que es muy nuevo-, es un recinto para 5000 personas, donde Fogerty se dio el gusto de colgar el cartel de entradas agotadas, lo mismo que en Murcia, Madrid y Barcelona, las cuatro únicas paradas de su visita española. Algunas pocas luces para dar algo de clima, y nada más. Apenas la música-esas canciones-, y una voz-esa voz increíble-

Ah, me olvidaba. El tipo no para en hoteles: detrás del escenario había tres increíbles “trucks” de color negro–esos camiones gigantescos que se ven en las películas americanas- venidos desde Alemania, aunque la producción de la gira era austríaca. Uno para él y familia: con TV color, antena parabólica, etc. Otro para los músicos –ídem-, y otro para los equipos de sonido. Un verdadero circo rodante de rock´n´roll. Los monos llegan a una ciudad, aparcan junto al escenario, montan todo, y después del show, salen ya para el siguiente. Nada de distracciones. “It´s only rock´n´roll”, ya saben.

No queda mucho más que decir, aunque podría escribir durante horas. Una leyenda viviente, sin duda, que durante mas de cincuenta años de carrera se ha mantenido ajeno a chismes, dimes y diretes, que se casó grande, y que ahora, con cuatro hijos y su mujer Julie haciéndole de manager, parece haber reencontrado su mejor forma para seguir rockeando. Que así sea.

Hasta otra vez.

 

© Mario Ojeda, Granada, España, 11/7/2009

 

 

 

1 comentario

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