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marioojeda

Apuntes sobre mí mismo

Apuntes sobre mí mismo

 

Lleva esta nota un largo tiempo dando vueltas en mi cabeza. Supongo lo mejor es, nuevamente, escribirla en primera persona, porque, aunque suene pedante, estoy hablando de mí, y de mis sensaciones y pensamientos, al menos, de una gran parte de ellos (ya saben, como me dijo alguna vez Huguito Fernández: “los temores más ocultos de la vida nunca se confiesan...”). Me gustaría tener un ordenador más nuevo en vez de la carreta que tengo, escribir me cuesta un Perú, y mis dedos e ideas suelen ir más rápidos que lo que la compu los imprime, y después tengo que volver para atrás, y el teclado está mal configurado, y no encuentro los acentos, y odio escribir con faltas de ortografía, y bla/bla. asi que disculpen nomás los horrores. En fin: deberemos conseguir una portátil, nueva o casi, eso estaría mucho mejor, pero esto es lo que hay, por ahora. Seguimos. Poder demostrarme que podía arreglármelas para vivir, a mis 43 años, en cualquier ciudad que me apeteciera, era uno de los desafíos de este último viaje. Ya está. Lo sabía, lo reconfirmé.

Pasemos a otra cosa: no me queda mucho para hacer en Granada, entiéndase bien: no es que haya hecho todo, hice nada en realidad, pero como ocurre con todas las ciudades pequeñas, aunque óptimas para vivir, el desarrollo de otras cosas necesariamente, por aquello de centralismo, pasa en este caso por Madrid, hay que ver si tengo ganas. Esto, nuevamente, me lo digo para mí. La felicidad nunca es completa, me dice siempre una amiga: es cierto. Ya los sabía, lo reconfirmé otra vez: mis hijos nuevamente en Argentina, ambos, a mas de 10.000 kms de acá, bueno, apechugaremos, como siempre. Me gusta inventar verbos. El muñequito del corrector gramatical y ortográfico se vuelve loco, se rasca la cabeza, abre grandes los ojitos... es muy divertido. No es que no tenga otra cosa para hacer, y me puse a escribir una nota. Justamente, estas líneas son el reflejo fiel de lo que suele pasar por mi cabeza: mil ideas sueltas, que van y vienen, aunque la mayoría, al menos en lo artístico musical, termine finalmente por cumplirse.

No es eso solamente: a veces me agarra nuevamente esa cosa de saber que no estoy en mi lugar, supongo que el equilibrio uno nunca lo consigue, debe existir en el medio algún lugar para estar, o quizás, un ida y vuelta permanente, sobre todo no trabajar, eso es lo que mas quisiera, que me paguen por cantar, por escribir, por generar proyectos, pero bueno...”la felicidad, etc”

Tengo en carpeta varias cosas: una gira con el encuentro de cantautores, un CD musicalizando autores varios (no porque me falten letras a mí, es sólo para jugar y variar un poco la cosa), además, es divertido, y deja un poco el ego de lado. Además, quien dice, por ahí salen otras cosas de eso, que tampoco como vidrio (soy socialista pero no boludo...me decía una vez el Pucho Galasso, ¿seguirá pensando igual?... donde mierda están los signos de interrogación... la concha de la lora). Debo presentar el CD que armé con letras de la poeta granadina Marga Blanco, quedo bárbaro, en realidad espero pinte el presupuesto para grabarlo todo de nuevo otra vez, y para hacer otras cosas, acá pasa eso ven, presentas por nota un proyecto, aunque sea a largo plazo, y si te lo aprueban, te dan el dinero para que lo hagas...loquísimo.

Bah, no a cualquiera, en realidad, pero ya me lo había dicho Leonardo Favio allá por el ’88, una vez que lo entreviste en Gesell: “vos no sos un tipo cualquiera...”, grande, papá, grashias....chabón, fierita. Quiero escribir una novela (van a tener que esperar, tengo varias ideas, pero no va a ser posible hasta que no tenga un ordenador como la gente, me cago en la reputa...), y quiero comprarme una Les Paul, una Ephipone nomás, nada que cruce la barrera de los 200 euros, ya saben, si se me pierde, se me raya o algún boludo me echa el vino encima, no tenga que cagarme a sopapos, así que supongo tendré que optar, y no quiero: ¡primero la Les Paul!, je,je, encontré los signos de admiración, al menos, algo es algo, estoy mal hablado (mal escribido sería) hoy, no....supongo estaría mejor si encontrase los famosos signos.

Otros proyectos: un libro con letras de mis canciones, me falta hacer la tapa de “Canciones urgentes” y de “Performance”, y empezar a venderlo en los conciertos (así le dicen acá a los shows), aunque ya tengo otro medio disco grabado en el ordenador de Fran Reca, mi amigo, el delirante cantautor granadino, pero puede perderse en cualquier momento: así es Fran, un niño grande. Hace unos meses dimos un show juntos en La Tertulia, lo grabó integro en minidisc, quedó fantástico, Julio Muñoz de invitado en el violín (un cubano compinche, increíble lo que toca ), y que hizo Fran: ¡perdió el minidisc!. Impresionante. Bueno, me voy a comer. Les dejo un cuentito corto con moraleja.

Llega el tartamudo al bar, la chica solitaria en la barra, tomando una cerveza. El man pide otra al barman, y le dice, tartamudeando: ho-ho-la-la ne-ne-gra...co-co-como te va...”todo bien.”, responde la chica. ¿Te-te-.tene-ne-nes ganas de coger ahora?....no encuentro los signos de interrogación.La mina lo mira, suspira y le dice: no lo había pensado, pero ¡me convenciste con tu facilidad de palabra!  (moraleja: todo tiene que ver con la voluntad y predisposición que uno tenga para hacer las cosas).

Hasta la próxima vez.

© Mario Ojeda, Granada, Septiembre de 2004.

 

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