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marioojeda

Produciendo parte 3

Produciendo parte 3

Me quedó una puntita de la nota anterior: si el grupo saca un credito, por ahí, incluso mejor que hacer UN concierto de presentación en su ciudad, le conviene mas poner el dinero a difusión, y organizarse una gira de, digamos, 20 conciertos por distintas salas de otras tantas ciudades. Alguna gente va a ir, siempre, y tiene 20 ocasiones para vender discos, 20 conciertos para asentar la banda, y 20 oportunidades de recuperar la inversión de a poquito, nunca va a perder el cien por cien, y seguro que, despues de esas veinte fechas, van a ser mucho mas conocidos, es decir, los van a llamar y ¡van a poder seguir vendiendo discos!

Pasemos a otras cuestiones…

Los mitos del negocio de la música:

Siempre cito acá a Lalo de los Santos, querido amigo que ya no está en este barrio: “hay una realidad virtual, la que se ve en internet, se lee en las revistas o en los diarios, o se escucha en las radios, y otra la realidad real, la verdadera”

En lo que se refiere a la producción, pasa exactamente lo mismo, solamente hay que saber aprovecharlo en nuestro beneficio.

Por ejemplo, si fuera tan fácil hacerlo, todo el mundo ensayaría, grabaría un disco, se lo daría terminado a cualquier discográfica multinacional, esta lo editaria –y difundiría-, y a los seis meses todos contentos: la discográfica, el grupo, etc.

Pero, como norma, esto no ocurre así. Es decir, es tan improbable que venga alguien a golpearte la puerta de la sala de ensayo a decirte “che, suenan muy bien, quiero ser su mánager y editarles un disco”, como lograr que una discográfica te edite porque sí, a la primera, un disco que un grupo le lleve terminado. Y menos aún, suponiendo que te lo editen, que luego inviertan en difusión. Como me dijo alguna vez Jimmy Olsevisky, primer editor de Alejandro Lerner, a traves de su sello Raviol Records - que distribuyó Interdisc, si mal no recuerdo, y a quien yo conocía de la epoca de BARock-, cuando fui a llevarle un casette para que lo escuche. Me dijo claramente: “Mario, suena lindo lo tuyo. Pero para editarlo e imponerlo, ¡yo tengo que invertir 50 o 60.000 dólares en difusión! ¡Y eso es lo que vale un departamento! Por ahora no puedo, porque lo que tenía, me lo gaste con Lerner… quizás mas adelante, lo siento” Y asi me jodí, porque “algún día nunca llega”, como cantaba Fogerty con los Creedence. Ya me había ocurrido antes: Sibila Camps me consiguió una entrevista con Adrián Berwick, por ese entonces A&R de Polygram, cuando estaban en la calle Hipólito Yrigoyen, frente al Congreso en Buenos Aires. Les deje un casette, y a los dos días me llama al hotel pensión donde estaba viviendo, en Palermo Viejo. Fui, claro, todo ilusionado, y me recibió muy amablemente, junto a Jose luis Olle, otro productor de Polygram, quien había producido unos años antes el regreso de los Vox Dei, con su disco “Gata de Noche”. Creo andaba por ahí tambien Javier Quesada, ya fallecido, de quien luego me hice muy amigo –el produjo el disco “Silvio Rodríguez y Pablo Milanes en Argentina”, que grabaron en Obras. Adrián me hizo pasar, me ofrecieron café –yo pensaba por dentro “humm, esto viene bien, ¡me ofrecen café y todo!...”, pero, no. Me dijo mas o menos lo mismo que Jaime: “Lo tuyo suena muy bien, Mario, te digo mas. Es la producción con mayor peso emocional y letrístico que he escuchado en varios años. Pero imponerte en el mercado, me cuesta mas o menos 50.000 dólares, y yo prefiero poner ese dinero en difundir a Victor Heredia, que acaba de grabar un disco buenísimo, que se llamará “Aquellos soldaditos de plomo”…”  Tuvo razón Adrián, claro está –no en vano luego lo trasladaron a Baharn, cerca de Amsterdam, a la central de Polygram en ese entonces- Pero yo me perdí el tren. ¡Y era febrero de 1983, miren si la historia podría haber sido distinta!

A veces pasa al reves, claro. Que te editan, digo Pero sólo si el quía de la discográfica quiere ganarse a la cantante, o es pariente de algunos de los miembros del grupo. O del padre de alguno de ellos, que para el caso es lo mismo (les recuerdo que Charlie Alberti, por ejemplo, era hijo de Tito Alberti, un legendario –y excelente-, percusionista y baterista, de la epoca de Los Wawanco quien, evidentemente, conocía a todo el mundo en el ambiente). Así ocurren las cosas: nunca suceden porque sí. El trovador español Pedro Guerra, por ejemplo, sin entrar a discutir su talento, es hijo de Pedro Guerra, un histórico político canario, gobernador varias veces en Tenerife. Al cabo de algunos años, cuando ya Pedro hijo cantaba en bares y lugares así, el gobierno canario les editó dos o tres discos –vaya casualidad-, al “Taller Canario de la Canción” –que eran Pedro y otros tres mas, creo Andrés Molina, Rogelio Botanz y Marisa Delgado- Bueno, al tiempo, Pedro decide venirse a vivir a Madrid, y da la casualidad que su hermana, Angeles, está casada con Luis Pastor que, a la vez, es un trovador histórico, muy amigo de Serrat, de Miguel Ríos, de Ana Belen, de Víctor Manuel, etc. De ahí a que le graben “Contamíname”, no faltó mucho trecho. ¡Que además fue una canción de éxito!, ojo, porque a los otros, tambien le grabaron canciones varios artistas, pero Pedro pegó “Contamíname”, además, en una epoca en la cual aún se vendían discos. Digamos que eso le aceleró todo el proceso. Insisto, bravo por Pedro. No lo estoy criticando, simplemente, hago un análisis racional.

Yo mismo he sido testigo de cuando el mismo artista rechaza subirse al tren. Recuerdo claramente, allá por 1983, a Enrique Carne, un trovador rosarino excelente, con un carisma muy particular, llenaba todas las noches que tocaba en “El café de las Buenas Ondas”, que era uno de los boliches de onda de la movida porteña de aquellos años, al igual que la Cofradía o la Esquina del Sol –donde, con el mismo Enrique, compartimos varias veces shows con Miguel Abuelo- Miguel recien había regresado de España, y en los primeros tiempos de los Abuelos, cuando vivía en la calle Carranza, ni siquiera tenía guitarra: Piero le prestaba su Ovation -. Por allí, por ese Café de la calle Aráoz, pasaban todos en esa epoca: Daniel López, Alberto Lucas, Pablo Coll, Claudia Puyó, Fito a veces, Marcelo Torres, el “Pollo” Raffo, y una larga lista. Bueno, les decía, yo mismo fui testigo de cómo Enrique ignoró los constante llamados de Pity Iñurrigarro primero –que recien había sacado “Abraxas records”-, y luego el mismísimo Daniel Grinbank –que un año antes empezó a editar a Serú Girán a traves de su sello DG Discos-, cuando lo llamaban para editarlo, ofreciendole un contrato. Y Enrique ¡diciendoles que no, que no le interesaba, que si era por el, se iban a cagar! En fin. Hoy Enrique vive en Rosario, es periodista y escritor, ha ganado premios literarios, y nunca pude preguntarle –porque no lo volví a ver personalmente- si se había arrepentido, seguramente no, porque simplemente ni siquiera creo el mismo se acuerde de eso. Ni de sus cuelgues, claro está.

En suma, que para producir, ante todo y sobre todo, hay que ser metódico, ordenado. Tener memoria, organización. Saber distribuir el día en partes. A veces, hacer trabajo de oficinista –hoy es mucho mas fácil con los mails, que antes con los fax ¡o el correo!, cuando ni siquiera existía el fax-, cosa que a la gran mayoría de músicos desagrada.

Claro, por eso son solamente músicos, no pueden ser productores. A mi tambien “la guitarra me llama”, como me dijo alguna vez mi hija Marianela, y “no puedo dejar de tocarla”. Pero me obligo a hacerlo. Y hay días en los cuales paso letras en limpio, otros escribo crónicas como esta, otros busco información o me contacto con gente vía internet, otros hago análisis de costos, o me invento algún proyecto. Otros agarro la guitarra para escribir alguna cosa, y otros, ensayo o grabo. Y a veces, sólo a veces, hasta vuelvo a la guitarra por placer, como antes, como era en el principio, no solamente por trabajo. Pero las cosas son así, y uno debe aprender a bailar en todas las pistas.

Tengo un viejo amigo en Gesell, Gerardo Criscuolo, excelente guitarrista, cantante, baterista, productor musical, bah, Gerardo lo hace todo bien, quien siempre me pone como ejemplo. “Mien a Mario con sus cancioncitas pedorras, el sigue ahí, y mal no le va…” Suena grotesco, pero se de quien viene. ¡Si hasta yo mismo lo digo! Pero ocurre que no me interesa hacer otra cosa, y quiero hacerlo de ese modo, además.

Siempre preferí trabajar para mi mismo, ya desde el principio. Cuando empece en el Chaco, en Resistencia, mi ciudad natal, no había muchos lugares para tocar, aparte era plena dictadura militar, así que me invente un lugar: el patio de una escuela, previa negociación con la vicedirectora, a la sazón, madre de Jorge Sosa Rolón, un compañero de secundaria. Unos meses despues, estaba llevando a Nebbia & Los Músicos del Centro a tocar a Resistencia, agosto de 1982, gira presentación del disco “Llegamos de los barcos”. Yo mismo firme el contrato, ¡y tenía 20 años! Pero no podía esperar a que alguien viniera a hacerlo por mí, claro está.

Y con la producción ocurre eso, precisamente: si esperas a que alguien venga a echarte un cable, vas muerto. Con los años, vas a aprender a delegar y a motivar a otros a hacerlo, y hacerlo bien, que de eso se trata. Pero al principio, tendrás que hacerlo solo, no hay otra.Sigo otro día.

 

© Mario Ojeda, Granada, 6/7/2010

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